Combatir las zoonosis controlándolas en la fuente animal es la solución más eficaz y más económica para proteger al hombre. Este concepto también incluye a aquellos patógenos no zoonóticos que afectan negativamente la producción de proteínas de origen animal, ya que los problemas de producción y de disponibilidad de alimentos de calidad, conducen también a graves problemas de salud pública.
El acuerdo de políticas conjuntas por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la OIE (Organización Mundial de Salud Animal) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), ponen en primera línea de acción a los veterinarios y a los productores agropecuarios, y esto significa una orientación cada vez más responsable, más profesional y más comprometida de cómo diseñamos y llevamos adelante los planes sanitarios en los sistemas productivos, reconociendo la inocuidad de los alimentos, la salud pública, la sustentabilidad
ambiental y el bienestar animal.
Se estima que tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas humanas emergentes provienen de los animales. Estas zoonosis, como se les conoce, son las que nos obligan a innovar porque es
uno los motores de nuestra visión: "Juntos, más allá de la salud animal". La salud de los animales, las personas y el planeta, está intrínsecamente unida.
La prevención en el cuidado de la salud animal es proteger al ser humano.
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